Electricidad
En estos días las
caídas de electricidad y de internet son más frecuentes y prolongadas que
nunca. Cuando regresa la luz dura poco y hace exclamar aquello de: “qué poco
dura la felicidad en la casa del pobre”. La linterna, las velas, la obscuridad
reinan en la noche, a veces acompañadas por cielos desgarrados por relámpagos o
por las luces de los barcos que en la lejanía pescan.
En estos largos
intervalos sin energía los equipos de mantenimiento aprovechan para reparar
averías menores o hacer mantenimiento de las líneas. Pero, en las condiciones
en las que lo hacen, sería mejor que se abstuvieran. Hoy, por ejemplo, ha acudido
una pickup cargada con un tropel de trabajadores de la compañía eléctrica a los
pies de un árbol grande cuyas ramas descansaban sobre los cables del tendido.
Provistos de una escalera, ni cortos ni perezosos, se han encaramado dos
muchachos a la copa. Sin ningún equipo de protección individual, sin arneses,
sin cascos, sin oficio. Los otros sostenían la escalera, mientras que por
arriba la apoyaba en una gruesa rama. Una vez arriba los dos se disponían a
cortar ramas, pero de pronto: un crack. La supuesta rama grande y resistente ha
cedido y uno de ellos ha caído. La suerte es que lo ha hecho sobre los que
sostenían la escalera. Aun así el golpe ha sido importante y lo han llevado al
hospital. Desde el suelo, ensangrentado y dolorido, aún tuvo tiempo de dirigir
un gesto de complicidad al compañero encaramado. Luego todos tomaron las de Villadiego.
Realmente, el responsable de la decisión se cubrió de gloria. Pienso en mis
amigos de salud laboral y cómo se desesperarían. Tanto como yo.
Avui et faig un regalillo !!!! http://www.youtube.com/watch?v=3jY545sigp0&sns=em disfruta d'aquesta canço !!!
ResponderEliminarUfff.. Preciós regal, Quin subidón... No sols la música i la lletra... El sentiment i la veu de l'Estrella. I les mirades del Lluis a ella, que es podien quasi mastegar.... I de fons, com una atmosfera, aquesta semblança que trobo entra l’Estrella i la meva filla Bàrbara. Gràcies Isabel, després de tants dies de deprivació sensorial m’ha vingut de lo més bé.
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