domingo, 8 de diciembre de 2013

Electricidad

En estos días las caídas de electricidad y de internet son más frecuentes y prolongadas que nunca. Cuando regresa la luz dura poco y hace exclamar aquello de: “qué poco dura la felicidad en la casa del pobre”. La linterna, las velas, la obscuridad reinan en la noche, a veces acompañadas por cielos desgarrados por relámpagos o por las luces de los barcos que en la lejanía pescan.


En estos largos intervalos sin energía los equipos de mantenimiento aprovechan para reparar averías menores o hacer mantenimiento de las líneas. Pero, en las condiciones en las que lo hacen, sería mejor que se abstuvieran. Hoy, por ejemplo, ha acudido una pickup cargada con un tropel de trabajadores de la compañía eléctrica a los pies de un árbol grande cuyas ramas descansaban sobre los cables del tendido. Provistos de una escalera, ni cortos ni perezosos, se han encaramado dos muchachos a la copa. Sin ningún equipo de protección individual, sin arneses, sin cascos, sin oficio. Los otros sostenían la escalera, mientras que por arriba la apoyaba en una gruesa rama. Una vez arriba los dos se disponían a cortar ramas, pero de pronto: un crack. La supuesta rama grande y resistente ha cedido y uno de ellos ha caído. La suerte es que lo ha hecho sobre los que sostenían la escalera. Aun así el golpe ha sido importante y lo han llevado al hospital. Desde el suelo, ensangrentado y dolorido, aún tuvo tiempo de dirigir un gesto de complicidad al compañero encaramado. Luego todos tomaron las de Villadiego. Realmente, el responsable de la decisión se cubrió de gloria. Pienso en mis amigos de salud laboral y cómo se desesperarían. Tanto como yo. 

2 comentarios:

  1. Avui et faig un regalillo !!!! http://www.youtube.com/watch?v=3jY545sigp0&sns=em disfruta d'aquesta canço !!!

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  2. Ufff.. Preciós regal, Quin subidón... No sols la música i la lletra... El sentiment i la veu de l'Estrella. I les mirades del Lluis a ella, que es podien quasi mastegar.... I de fons, com una atmosfera, aquesta semblança que trobo entra l’Estrella i la meva filla Bàrbara. Gràcies Isabel, després de tants dies de deprivació sensorial m’ha vingut de lo més bé.

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