Experiencia
Te advierten que
estás movilizado interiormente delante de la próxima salida. Tú seguramente no
te das cuenta, pero lo debes transmitir a través de tus palabras y de tus
silencios. A veces delante de los alborotos de los escritos se cuela lo que realmente quieres decir y debe
llegar a quién te quiere escuchar. Secretamente pensabas que no ibas a vivir
una experiencia. Que era algo más. Ya sé que no existe el palabro, pero tal vez
lo que te has encontrado ha sido una inperiencia. Como si lo externo accionara
lo de dentro y desde dentro movieras lo de afuera. A diferencia de la
experiencia, que refleja lo que uno es o da respuesta sensible al “yo soy”. Como
si se hiciera una unidad a partir de deshacer los dobleces o darle la vuelta al
calamar.
(Por cierto, ahora que digo lo del calamar ¿han
probado de comer un calamar relleno, de lo que les guste, pero dándole la
vuelta como a un calcetín, de modo que lo de afuera sea la piel que envuelve,
que cobija el relleno? Pruébenlo y me
cuentan. Algo mágico sucede.)
Sigue y no te
entretengas con estas bobadas de presunta gastronomía que no interesan a nadie.
Estabas hablando de esto de la inperiencia que te (y me) parece interesante, por
lo menos si consideras que buena parte de las experiencias son reactivas y que
te permiten devolver lo que la vida te trae, aún más, como decía antes te dan
la oportunidad de mostrarte, de afirmarte, de declararte ante lo otro. Pero me
parece que estás hablando de otra cosa. Como si la reacción a lo externo
afectara a lo tuyo interno y lo devolvieras procesándolo mucho más tiempo. Como
si el viaje lento de la reacción, que ya no merecería tal nombre por su
duración, fuera el de la cocción que precisa esta lentitud que permite juntar
tantos elementos, y que casi constituye una nueva sustancia, o debiera decir
esencia, y que genera una realidad interior diferente. En definitiva, te
cambia.
Sería algo así
como una conmoción sosegada que tratas de devolver con una parsimonia, que
tiene más de torpeza que de templanza. Y es que aún no terminas de dominar bien
este terreno nuevo que parece nacer cuando los años empiezan a mostrar las
verdaderas enseñanzas, pero que intuyes que es la nueva alborada.