Esperanza
Una cinta de
tierra, maltrecha por las lluvias, espera a esta hora. Pasaremos por varias
aldeas. Seguramente nos cruzaremos con garimpeiros que, con sus palas y bateas,
irán a lavar arena. También adelantaremos aquellas filas de mujeres, que cargan sobre sus cabezas los aperos y la azada, de camino a las machambas. En el término
de la distancia estaré reunido en un barracón del hospital de Namuno. Aquel del
que explicaba anoche la casa de espera. Una sábana vieja y poco blanca, con la
palabra hospital escrita cuatro veces, será la pantalla sobre la que
proyectaremos una tabla de Excel en la que trabajaremos toda esta mañana de
domingo. Después, puede que el regreso.
Ahora amanece. No sé cómo será el día. Está ahí fuera, esperando.
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