lunes, 10 de marzo de 2014

Café y Barça

Hace más de un mes que no tomaba café del bueno. La cafetería, a la que solía ir entre 9 y 10 de la mañana, estuvo cerrada por vacaciones en febrero. Avanzado marzo, he tenido la oportunidad de volver. Está en el otro lado de la manzana[1] en la que está mi oficina. Allí voy a pie. Está muy cerca. Tengo dos maneras de ir. Una es contornando la manzana y la otra es atravesándola. Imaginemos un interior de una manzana de casas incompleta. Apenas estará construida a mitad de las posibilidades de edificación. Esto es, menos de la mitad del perímetro y alguna construcción en medio. El resto es campo. Casi siempre prefiero atravesarla. Es cada vez un desafío creciente. En octubre y noviembre era un erial, un secarral. Con las lluvias empezaron a crecer plantitas. Estas plantas fueron creciendo. Hoy, el sendero que atraviesa la manzana de menos de medio metro de anchura es un estrecho pasillo con plantas a lado y lado que me ocultan. En resumidas cuentas, atravieso una selva.

En la cafetería tomo café solo y cada vez con menos azúcar. Es excelente, de marca Delta. Lo acompaño con una pasta salada. Luego compro una botella de agua en la tienda vecina y regreso a la oficina. Con aquello pasaré hasta las tres de la tarde o, como dicen aquí, las quince horas. Casi siempre voy solo. Si me acompaña alguien del trabajo trato de convencerlo de atravesar la manzana. Pero en general fracaso. Prefieren contornarla. No quieren exponerse al peligro o prefieren el bullicio de la calle que también está lleno de interés.

Pasa también que, en las aldeas más lejanas o paseando por las ciudades más populosas, siempre veo niños y jóvenes con las camisetas del Barça. Son camisetas de todas las temporadas, en general de muchos años atrás. Es como un museo al aire libre de camisetas raídas. No sé si será mi percepción selectiva pero las veo más que las de cualquier otro club.  Es curioso lo de este club. Que haya llegado tan lejos y que sea capaz de teñir de azulgrana por algún momento el paisaje más recóndito nunca deja de sorprenderme. También hay del Madrid, del Manchester U, del Milán, de la selección portuguesa, de la selección española, de la selección del Brasil y de la Argentina. Hasta vi una del Llagostera.  Les gusta el fútbol y en cualquier momento arman un partido. Juegan descalzos, con todo el ardor.





[1] Manzana de casas, isla de casas, una cuadra.

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