Café y Barça
Hace más de un mes
que no tomaba café del bueno. La cafetería, a la que solía ir entre 9 y 10 de
la mañana, estuvo cerrada por vacaciones en febrero. Avanzado marzo, he tenido
la oportunidad de volver. Está en el otro lado de la manzana[1]
en la que está mi oficina. Allí voy a pie. Está muy cerca. Tengo dos maneras de
ir. Una es contornando la manzana y la otra es atravesándola. Imaginemos un
interior de una manzana de casas incompleta. Apenas estará construida a mitad
de las posibilidades de edificación. Esto es, menos de la mitad del perímetro y
alguna construcción en medio. El resto es campo. Casi siempre prefiero atravesarla.
Es cada vez un desafío creciente. En octubre y noviembre era un erial, un
secarral. Con las lluvias empezaron a crecer plantitas. Estas plantas fueron
creciendo. Hoy, el sendero que atraviesa la manzana de menos de medio metro de anchura
es un estrecho pasillo con plantas a lado y lado que me ocultan. En resumidas
cuentas, atravieso una selva.
En la cafetería
tomo café solo y cada vez con menos azúcar. Es excelente, de marca Delta. Lo acompaño con una pasta
salada. Luego compro una botella de agua en la tienda vecina y regreso a la
oficina. Con aquello pasaré hasta las tres de la tarde o, como dicen aquí, las quince
horas. Casi siempre voy solo. Si me acompaña alguien del trabajo trato de
convencerlo de atravesar la manzana. Pero en general fracaso. Prefieren
contornarla. No quieren exponerse al peligro o prefieren el bullicio de la
calle que también está lleno de interés.
Pasa también que,
en las aldeas más lejanas o paseando por las ciudades más populosas, siempre
veo niños y jóvenes con las camisetas del Barça. Son camisetas de todas las
temporadas, en general de muchos años atrás. Es como un museo al aire libre de
camisetas raídas. No sé si será mi percepción selectiva pero las veo más que
las de cualquier otro club. Es curioso
lo de este club. Que haya llegado tan lejos y que sea capaz de teñir de
azulgrana por algún momento el paisaje más recóndito nunca deja de sorprenderme.
También hay del Madrid, del Manchester U, del Milán, de la selección portuguesa,
de la selección española, de la selección del Brasil y de la Argentina. Hasta vi
una del Llagostera. Les gusta el fútbol
y en cualquier momento arman un partido. Juegan descalzos, con todo el ardor.
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