Werther
Respecto al avión
malayo desparecido tengo una teoría que ha sido ya invocada. Creo que se trata
de un suicidio. Es un suicidio imitativo o contagioso. Es conocida la
contagiosidad de los suicidios, aunque muchos la niegan. No es un contagio del
modo microbiano, se trata de algo más complejo y que remueve otro tipo de
resortes emocionales. Cuando trabajaba como médico de cabecera viví varias
veces en mi práctica esta situación. Lo recuerdo aún con tal viveza como si fuera
ahora. Los suicidios de nuestros pacientes me marcaron mucho. Tras algunos de
ellos y coincidiendo con otros acontecimiento fue que empecé a ir a los grupos
Balint, pero esto es otra historia en la que ahora no voy a entrar.
El hecho no fue
muy aireado en la prensa porque coincidió con otros dos accidentes a en las
mismas fechas: el helicóptero de Glasgow y otro accidente de tren en NY. Un
piloto de las Líneas Aéreas Mozambicanas (LAM) se suicidó en Namibia desviando
la trayectoria del avión y estrellándose, junto con una treintena de personas
más, en el parque natural de Bwabwata, en Namibia. Su suicidio fue contagiado por el de su
hijo. Tampoco me extenderé mucho en esa historia.
Se da la curiosa circunstancia
que seguramente los errores del accidente de la LAM, respecto a las
precauciones a tomar en el caso de cambio de rumbo, fueron aprendidos y
corregidos por el presunto suicida de la Malaysia Airlines. Quizás tenga que envainármela
y pedir disculpas. Lo haré. Pero ahora adelanto esta hipótesis, porque me
parece la más plausible. Lo terrible, lo que produce frío y pánico es que tenga
que quién opte por este camino escoja tanta compañía. Esto desconcierta y
agrega una dimensión desconocida.
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