Más calor
Estamos a 31º, pero la sensación térmica es de 37º. Estoy chorreando. La
camisa está empapada pese a la camiseta. Acabo de salir para recargar el
crédito del modem que es como mi cordón umbilical. La semana que viene estaré
en los distritos del interior. Allí el
calor será mayor. Algún día de estos habrá de empezar a llover. Creo que hasta
los mangos lo están deseando. El otro
día cayó una corta lluvia que llegó como una carga de caballería. Se oyó llegar
desde lejos, cruzó tan rápido el barrio que apenas descargo y se fue por el
mar.
Cada vez veo más hombres y mujeres armados patrullando. Algunos coches
cruzan lentos la calle con la música ensordecedora de la campaña electoral.
Llevan las banderas rojas del partido hegemónico. Ayer vi las blancas, en un
barrio lejano, del partido opositor.
Al regresar me encuentro con Eugenia, una señora que trabaja en la oficina,
que me pedirá si le doy boleia para llegar a su casa y ahorrarle la chapa, la
lata de sardinas rodante que la acercará a la casa. Le digo que sí, que espere
en el estacionamiento cuando sea el momento
de salir. Así quedamos. Cuando la llevo me suele contar cosas como la
que me explicó el otro día sobre las ventajas del trabajo de ciertos hombres que
cargan unos expositores
portátiles de mercancías variopintas y que gracias a los mismos, si se los
colocan de determinada manera, pueden protegerse del sol. La miré con cara de
circunstancias tratando de ver cuál era la ventaja: “Si, doctor, tienen sombra
cuando la precisan. Así se procuran algo de fresco, piense que llevan
trabajando desde la siete de la mañana. Pobres hombres”. En el camino leo
rápido en un letrero algo así como que un médico tradicional tanzaniano, un curandero,
ha puesto una consulta en un imbondeiro cerca de la mezquita.
Es verdad que el calor aturde y más si es viernes y se puede
desconectar. El ritmo es lento y por la
tarde el sudor se enlentece también. Busco la brisa de la orilla y que afortunadamente
llega a la casa. Leo, contesto correos; hablo y chateo. Escribo un informe con las ideas que se
resisten a desaparecer y esto.
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