sábado, 9 de mayo de 2015

Bocinazos

Camino por la ciudad vieja camino del mercado público. Uno no puede dejar de fijarse en los taxis ya que son los dueños de las calles. En Malabo están pintados de algo parecido al blanco  tirando a crema y de algo parecido al bermellón tirando a marrón. También hay otros que son particulares que hacen de taxista, me temo que piratas, y que son de cualquier color. Aquí, como en casi todos los lugares en África el taxi es compartido y barato. De hecho es el único transporte público asegurado. Hay muy pocos transportes en común de mayor capacidad que la de los taxis. Así que viajan en un mismo vehículo hasta cuatro personas que suben y bajan cuando les conviene. El taxista ha de calcular y aceptar la ruta de forma que no penalice a ninguno de los pasajeros que van montados. Por tanto es frecuente que acepte o rechace pasajeros en función de los trayectos de los que están dentro. Cada trayecto cuesta quinientos francos cefas. Si es largo cuesta mil y si lo es más se negocia.  En las calles hay un constante concierto de bocinas de los taxistas. Cada bocinazo responde a un código de comunicación. El bocinazo del que busca el cliente y que va dirigido al peatón. El bocinazo que significa que acepta y del que lo rechaza. El del saludo al colega conocido. El que corresponde al saludo a un conocido que va por la acera o cruza delante de él. El del enojo por una mala maniobra. El bocinazo de las intersecciones de las calles. El bocinazo del que busca la prioridad. En fin, un concierto que solo amaina pasado el anochecer si no hay demasiado tránsito. A esta hora ya hay poco pasajero, poco transeúntes, poco tránsito y un silencio relativo intenta apoderarse de la ciudad.

Si en la calzada los reyes son los taxis, en las aceras hay muchos otros personajes. En general, si hay sombra, son los dueños de los comercios los que ponen su silla en la acera. Si no hay muchos clientes dormitan. También hay niños que juegan. Te encuentras con reparadores de ordenadores, de teléfonos y vendedores de saldo, que se instalan en algún rincón de la calle en una mesa cuyo frontal anuncia su oficio. Sastres con la máquina de coser bajo los soportales. Cruzan también gallinas con sus pollitos. Gentes que esperan. Mujeres que preparan comida en improvisadas cocinas que sirven en mesas en los callejones que se abren a las aceras y  que conducen al mundo del interior de las manzanas. Vendedores de pan. Vendedoras de fruta y hortalizas. A veces se ven personas, generalmente mujeres, sentadas inmóviles durante mucho tiempo aparentemente impasibles a los que sucede alrededor. Otras veces saludan, aquí la gente se saluda bastante aunque sea con la mirada, buscando conversación. Perros extremadamente delgados, con el pelo malo y deslustrado del que no se alimenta, husmeando donde pueden. En las aceras con sol no hay nadie.También hay objetos. Cables que se descuelgan de los entramados aéreos inservibles de la electricidad o del teléfono, contenedores de basura, construcciones que deben proteger una instalación eléctrica. Mesas que servirán para instalar algo que vender.


No llegaré al mercado. Amador, que regenta una tienda cercana, me llama desde el otro lado de la calle. Cruzo. Empieza a hablarme del Barça, de la situación del país, de lo que pasa con los bubis, de como era los tiempos de la colonia, de sus años en Madrid y de su mamá. Me cuenta que su hermana está en España y pronto regresará y será entonces cuando me invite a su casa para tomar una cerveza. En su tienda compro una magdalenas que ha preparado su madre. Si consigo una buena papaya quizás tenga para la merienda. 









1 comentario:

  1. Leyendo este post, pienso en los conocimientos adquiridos en mi viaje a Senegal... Africa tiene estos regalos, esos valores de empatía , de colaboración, de compartir.... Que En Barcelona, me ha sido más difícil encontrar...
    Desde mi actual estado vital... Reflexiono que seguramente en Africa, no existe el estrés... La ansiedad... Y todas estas enfermedades que nos envuelven actualmente a los que habitamos estas ciudades, llenas de prisa, de trabajos estresantes ... De altas exigencias....
    O si ??? Pero igual para cosas mucho más básicas

    ResponderEliminar