Amaya
El choque debió
ser atroz. Cuentan los que pudieron saber algo que la pickup inició el
adelantamiento tras una larga recta que terminaba en una curva ciega y que la
velocidad del camión al que adelantaba hizo que la pista se le acabara. Y
aquella vez no hubo suerte. Venía un vehículo en dirección contraria. Una cita
segura con la muerte. Y a fe que la hubo. De los tres viajeros, dos
fallecieron. Entre el amasijo de hierros en el que se convirtió el carro
pudieron sacar con vida una mujer. Fue llevada en no sé qué condiciones al
hospital de Ancoabe.
La carretera
entre Macomía y Ancoabe es una pista que cada vez va soportando más tráfico.
Atraviesa la parte occidental del parque de las Quirimbas y a esta altura del
año la seca está exprimiendo la humedad. Cada vehículo es él y su estela
polvorienta. El sol se filtra por el polvo para fabricar un arco de cobres,
amarillos y marrones. La tierra quiere elevarse al cielo.
Philip, el médico
suizo que trabaja en el hospital, trata de hacer todo lo que puede por ella. Casi
no tiene más medios que sus sentidos. Parece claro que tiene una fractura de
fémur, que ha sufrido un fuerte golpe en la cabeza y que la sangre chorrea por
varias partes. Perfunde, sutura, conserva la calma y ya está preparando la
evacuación a Pemba. La ambulancia está pronto lista y la acompaña.
Las noticias
corren como la pólvora. Ya todos los que han de saber, saben. Ya saben de los
muertos y saben de la viva. El llanto y la esperanza juegan su particular
batalla, íntima e incierta. Todos preparan y se preparan. El rompecabezas desafía todo. Unos empiezan
por el centro, otros construyen el marco. En el hospital los técnicos
recomponen y en la calle preparan todo. Parece inevitable la evacuación si se
logra salvar lo esencial, que parece que sí. Jesús, el cónsul de España en
Pemba, prepara todo: los seguros, la embajada, inmigración, los aviones, la familia,
la organización, los papeles, el resto de compañeros, los médicos, el gobierno provincial.
Su teléfono hierve. Todo va acomodándose con trabajo, pero enigmáticamente sin grandes impedimentos. Todo
fluye. También la sangre contenida ya en el cuerpo que con ayuda de sueros
mantiene la presión y el hematocrito a niveles aceptables. El dolor y el
estupor juegan otra batalla. Es difícil sedarla con los medios que tienen. En
el ínterin los amigos y compañeros se acercan a la cama. Cada uno con su
ademán. Ella no habla, pero los reconoce. Se establecen los misteriosos
vínculos entre los seres humanos que parecen solidificarse en estos momentos:
es cuando los ojos construyen más que miradas.
Es extranjera, es cooperante, tiene seguro, el mejor centro en condiciones está a casi 3.000 kilómetros. De
allí va a llegar una avioneta medicalizada. En Pemba, un equipo de emergencias médicas
sudafricano, tan frecuentes en otros entornos, no dejan de parecer ángeles
disfrazados de extraterrestres que, con la cadena mágica anterior y con otros
eslabones ciertos que desconozco, habrán dado a Amaya otra oportunidad a su
periplo.
Uffffffffff.
ResponderEliminarAy J Lluis, que terrible
ResponderEliminarEls accidents de transit son la 1º causa de M entre cooperants
Sis plau ves amb cuidado!
Gràcies Isabel, em cuido, ens cuidem. Els viatges sempre els fem amb conductor. Tenim prohibit conduir de nit. Tota precaució és poca. Aquí les carreteres i les pistes no són fàcils. Ja ho coneixes. També veus les pickups plenes de gent a la caixa. Veure un conductor de moto o els passatgers és una excepció. Poden anar fins a 4 persones en una moto, entre ells nens molt petits. Els vehicles grans com tràilers i camions són els reis i fan el que volen... en fi. Sortir a la carretera o als mateixos carrers de la ciutat és un risc que cal tenir present en tot moment. Circulen com els anglesos, per l'esquerra i cal ser molt conscient de tot això perquè hem de canviar els automatisme i destreses. En fi... res que no sàpigues.
EliminarUna abraçada, Josep Lluís, m'excuso d'haver estat tant temps sense saludar-te
ResponderEliminarTinc algunes imatges de carretera molt presents a la memoria. Carreteres principals, inclus de vegades carreteras secundaries, o inclus camins!!. Trailers inmensos, anat a "tota pastilla". Sempre m'els imaginaba plens de diamants (quina imaginacio oi?), coure o "coltan" o potser mils de sabatilles Nike falsas...Que em feien pensar...uhummm? d'on venen aquests?, on hauran fet mal? (pero mal de veritat eh?). De pelicula pero real, si hi penso encara sento por.
ResponderEliminarPero també recordo altres camions, mitg coberts o no-coberts, plens fins a la bandera de tot tipus de material per als mercats: jerricans, plats, ollas, cubells de plastic, cereals, aliments FAO o UNICEF i a dalt de tot, per sobre de tota la quincalla, gent de tot tipus que van amunt o avall, vestits de coloraines (com desitjaria posarme aquelles faldillas!) per trovar feina o veure algun familiar. Aquests em produien una gran tendressa.
Vaig sabent coses de l'Amaya. Ha estat intervinguda a J'burg. La seva família l'acompanya. Segueix la seva recuperació. Tots aquí seguim seguim pendents de la seva evolució....
ResponderEliminarHe rebut aquest correu:
ResponderEliminarHola a todos:
Ya tenemos confirmada la vuelta: salida el lunes 18 a las 19:45, hora de aquí, para el vuelo Johannesburgo-Estambul-Bilbao.
A todo lujo: con traslados en ambulancia de aquí al aeropuerto, de Loiu a Trápaga, con sillas de ruedas en los aeropuertos, asiento totalmente reclinable...
No sabemos la hora de llegada, pero el martes a mediodía o por la tarde estaremos allí.
Después ya vendrá la rehabilitación, pero en casa las cosas se ven de otro color.
Mila esker guztioi, bihotz-bihotzez.
Gracias por todo a todos, de corazón.