domingo, 8 de septiembre de 2013

Hecho polvo

Amilcar es un veterano de guerra. Tiene mucho más pasado que presente, Futuro, parece que poco. Aunque uno nunca sabe. No es bueno jugar a profeta. A veces te la tienes que envainar. 

En su quintal de Maputo guarda un viejo Ford Taunus que literalmente se cae a trozos. Hace más de treinta y cinco años de su último viaje. Antes de llegar aquí había sufrido, según se ve, no pocos accidentes y las reparaciones no habían sido buenas. Una paleontóloga de coches, si esta profesión existe, hubiera podido detectar, basada en las evidencias de hoy, la extensión y el impacto, nunca mejor dicho, no solo las colisiones sino también la poca traza de las reparaciones cuando las hubo. El hecho de vivir cerca del mar incrementaba el daño y aceleraba el progresivo deterioro de la carrocería y otras partes del vehículo.

Que Amilcar dijera que el coche acabaría hecho polvo no era una forma de hablar. Para él era un deseo al que se aplica con paciente fervor. Había dispuesto bajo el coche una plataforma de cemento debidamente protegida del viento pero no tanto como para impedir su acción corrosiva. El proceso era lento. Casi diariamente recogía el polvo que iba cayendo. Cuando llovía podían caer fragmentos mayores, casi como una semilla de pimiento. Al día siguiente recogía el polvo y otras partículas que iban cayendo. Separaba como buenamente podía otros polvos y otras impurezas y lo introducía en un urna. En ella se había acumulado ya un espesor cercano a un centímetro. Esta cantidad ya habla del deterioro del coche, de su perseverancia y determinación de seguir hasta el final. 

Me decía que de la misma manera que queman los seres humanos y guardan sus cenizas, él quería coche hecho polvo. No tuve tiempo para preguntarle porqué. Pero sospecho que tendría alguna buena razón. 

La historia me hizo pensar en la película de Framantino, Le quattro volte. En ella el protagonista toma como medicina para curar su bronquitis  el polvo depositado en el suelo de una iglesia. De esta película habría tanto de que hablar. Muchas cosas de aquí, sorprendentemente, me la hacen recordar. 



4 comentarios:

  1. Josep Lluis
    Ahir va ser 11 de Setembre. Em sento molt rara i plena de contradiccions. Recordo que sent a l'estranger sempre m'he sentit + identificada amb els espanyols que amb ningu altre. Clar que trobar un català ja era el summun, pero trovar un espanyol ja era com ser a casa.
    Soc catalana i no tinc clar que volgui ser altre cosa que una catalana espanyola. Es un disbarat?
    No se, cada cop que parla la Espe o el Mariano em faig + "inde", pero no se si ho vull ser o no.
    El ser lluny de casa probablement et donara una visió un xic diferent que desde aquesta estimada terra
    Un youtube sobre la via https://www.youtube.com/watch?v=Kj_IL0hhFQ0

    Molts petons

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    1. Gracies Isa, doncs la vaig viure amb primera persona. El teu comentari m'ha fet escriure l'entrada d'avui. He tractat d'expressar el més bé que he pogut alguns dels sentiments tan complexos i contradictoris dels que parles en el teu comentari i dels que em sento tan propers també.
      Una abraçada,

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  2. Hola José Luis:
    Gracias por arrancarme una sonrisa. La verdad es que describes tan bien tu vida en Africa, que la puedo casi vivir......

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    1. Me gusta que te guste Pilar. Para mi estas descripciones o lo que sean suponen cuidar mi salud mental y el mejor regalo es que te hagan sonreir. Esto me hace feliz. Gracias a ti por compartir el comentario.

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