domingo, 1 de septiembre de 2013

Música y África

Quizás tenga que comerme estas palabras, pero la identidad natural de la gente de aquí me parece que es Africa (entendiendo por esta, la subsahariana). Puedo imaginar que ante tamaña afirmación los etnógrafos y los estudiosos de todo tipo pueden poner el grito en el cielo. Pero más que su país, más que su pueblo, su patria es África. Lo noto en todo, pero en un aspecto en el que destaca sobremanera es en la música. La música, este lenguaje que es la esencia de la vida y que nos permite más que comunicarnos, hacernos entender. Tal vez el matiz es sutil. A veces me parece entender en la música de aquí como un clamor, un grito, que busca (auto) afirmarse. La música es una expresión.

Se nota en el vestir y en el andar. Se nota en el hablar. Se nota en el mirar. Y

todo esto es un compendio que en la música alcanza su máxima expresión. Puede que sea hasta un medio para hacer y para ser. Por ejemplo, se arrancan a cantar para trabajar con facilidad. La música frecuentemente es un diálogo. Las frases son breves, directas. Y el ritmo, llevado con las manos o con los pies, es tan contagioso y simple que de pronto todo vibra. La música es también la danza, casi inseparables: parece como si la música fuera invadiendo el cuerpo.


Lo comparo con el llamado mundo occidental. Nada que ver. Allí las identidades son múltiples, complejas. La música es casi un hecho intelectual. No es una expresión. Es una impresión, busca llegar al alma y removerla. La música es un producto. Complejo, diferenciado, capaz de conmover. La mayoría de las veces la escuchamos quietos, sentados, concentrados.

Entiendo tan bien la búsqueda de los mestizajes. Haya tanto camino por descubrir, por explorar, por crear.

Si hubiera penetrado en la cultura de aquí ¿cómo habría escrito Barenboim su magnífico ensayo  “El sonido es vida. El poder de la música” o "El so de la vida" (en la seva versió catalana)?



(Para incrementar los contrastes esta entrada la he escrito abrigado con las músicas de Agustín Lara y José Feliciano)




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