Casa
Hoy fue el primer día desde mi llegada que tuve tiempo para
mí y empezar a hacer mía la casa en la que vivo. Es una casa particular porque
es una casa oficina. Entonces tiene una parte que es escritorio y otra para
morar[1].
Pero como buena parte del tiempo voy a estar solo digamos que es casa con
disponibilidad.
La casa está custodiada todo el día. Aquí la seguridad es un
tema sensible. Unos vigilantes se alternan para cubrir los turnos. Empiezo a
conocerles por su nombre y a veces converso con ellos. La casa ya tiene años. Se conoce que lleva tiempo poco habitada. Puede olerse aquel
olor inevitable a cerrado, a resclosit que diríamos en catalán, que hoy he
tratado de disminuir ventilando todo lo que he podido. Mi nariz, de por si
grande, es muy sensible a los olores. Este olor se agudiza en los armarios y en
los cajones de los armarios. He lavado estos últimos y los he oreado tanto como
he podido. Pero queda. Espero que con los días y la ventilación vaya
disminuyendo este olor. Además, como está enfrente del mar, la humedad no ayuda
mucho. Pero estoy seguro que poco a poco me iré haciendo con el espacio, o él
se ira haciendo conmigo. Estas cosas ya me han sucedido otras veces y hemos
logrado este pacto armónico con el entorno.
Pareciera que esto de estar enfrente del mar no me gustara
mucho, pero es justo lo contrario. Es cierto que tiene algunas pegas: la
humedad, el salitre, la corrosión, a determinadas horas un poco de barullo, la
poca protección del viento y alguna que otra cosa más. Pero lo compensa: el espectáculo
incansable de verlo, sentir el aroma del mar, oír el ruido de las olas y del
viento que bate las palmeras, la facilidad para el baño, los amaneceres, la
salida de la luna y ver como riela, ver los pescadores de a pie y los de mar
adentro, los que recogen moluscos y crustáceos, ver los barcos de diferentes
tamaños ,la proximidad de los puestos en los que comprar pesca y la multitud de
otras sorpresas que sé que voy a tener pero que aún no puedo ni imaginar.
La casa tiene tres cuartos, un baño, una cocina y un
comedor-oficina-sala. También en la entrada hay una veranda. La casa está
rodeada de un jardín que tiene algunas construcciones: una caseta para los
vigilantes, un almacén y una cisterna de agua. El jardín es también aparcamiento
para los vehículos.
El jardín. Es muy pretencioso llamarlo jardín porque todo el
terreno es prácticamente arenoso, pero tiene árboles. Uno de gran porte y que
cubre buena parte de la casa y le da mucha sombra. Puede tratarse de un
almendro malabar, aquí le llaman una amendoeira da praia, pero aún no puedo asegurarlo. Hay también un
mango, manguifera o árbol de mango, tres papayos, un guayabo, unas matas de
hojas como cintas que sirven para preparar un té que tiene gusto de limón,
palmeras de plátanos y de cocos. También de la arena surgen unas plantitas que rápidamente
florecen como la de la foto que puse en mi entrada anterior. Me dicen los
vigilantes que ninguno de los árboles, de entrada tan prometedores, produce
buenos frutos. Habré de esperar a comprobarlo y, si no, esperar a mejorarlos.
Es una lástima que siendo tan potencialmente buenos no den los mejores frutos.
Ya se sabe, a veces estas cosas pasan.
[1] Escribiré
algunas palabras en castellano, tal vez poco frecuentes, que se utilizan con el
mismo sentido en portugués.
Hola!!!
ResponderEliminarA veure si alguna estona ens prepares un petit reportatge fotogràfic així podrem veure com és la casa!!! :)
Qué buena idea!
EliminarHola Guifré, avui he fet algunes fotos, no de la qualitat de les teves. http://guifredeperay.blogspot.com/ però que serviran per il·lustrar l'escrit d'ahir. En una estona les penjo.
EliminarEls arbres del teu jardi son com Africa, no dona el que potencialment podria !!!
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