Llegada
a Pemba
El viaje y la llegada Pemba fueron bien. El vuelo
fue bueno y el tiempo me permitió observar buena parte del paisaje del trayecto
desde el aire. Lo que permite la observación desde el aire es siempre limitado
pero a mí me gusta mucho. Las extensas llanuras con serpenteantes ríos y
afluentes llaman la atención. Apenas hay
bosques ni montañas en la gran parte del recorrido. El acercamiento a
Pemba ya anuncia una costa llena de playas, pequeños acantilados y manglares.
La bahía, con aguas de todos los colores del azul, ofrece una vista
hermosa. Pemba está en la parte sur de
la herradura que conforma la bahía. Desde el aire se divisa bien el puerto de
Pemba con varios barcos de distintos tamaños fondeados en su cercanía. También
hay diseminadas algunas casas grandes cerca de la costa con accesos a playas
blancas y aguas turquesas. Seguro que desde tierra merecerá más atención que
esta simple visión aérea.
En el aeropuerto en obras me espera Nacho. Es el
coordinador del proyecto y con quién voy a trabajar. Me acoge y me muestra la
casa en la que viviré. También me enseña la ciudad y los alrededores. Hoy es un
día de preguntas y observaciones. De empezar a tomar contacto con todo, desde
lo doméstico a lo profesional, desde el urbanismo al paisaje. Todavía todo es
superficial, pero habrá tiempo de ir ahondando. Hoy he sido todo ojos, nariz,
orejas…
Mañana y los próximos los dedicaré al conocimiento de
la provincia. Iré contando.
Carmen me envía este link, sabemos como nos gusta Sixto Rodriguez
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