domingo, 14 de julio de 2013

Maputo

Maputo es una ciudad que uno quisiera haber conocido hace 10 años, 30 años, 100 años, 1.000 años. Seguramente cada uno de estos momentos explicaría muy bien la ciudad que ahora veo. La ciudad de después de la guerra civil. La ciudad de después de la independencia. La ciudad colonial. La ciudad antigua, quizás soñada o inventada, sujeto de atención de alguien como Calvino.

Maputo es una ciudad que tiene calles con casi todos los nombres de los revolucionarios de los dos siglos pasados. Mao, Lenin, Engels, Nyerere, Machel, Allende, Marx, Cabral. Sin embargo yo trabajo en una calle que se llama Alegría, lo cual es un presagio. También hay calles que se llaman Fraternidad, Amistad, Esperanza... Quizás la esperanza para la nuevas calles es que alguna se llame Malala. Con esto habrán hecho un homenaje a lo que deberían ser las revoluciones del presente siglo.

Maputo es una ciudad como todas, con barrios muy diferentes. Desde los residenciales hasta los muy, muy pobres. Desde los que miran al mar y a la bahía, hasta los que enseñan los caminos de tierra adentro. Los que albergan las embajadas y, curiosamente, las ONG's más renombradas, hasta aquellos en los que la ciudad se olvida de ser.

Maputo es, a la vez, decadente y creciente. Hay edificios rotos, en ruinas, a medio acabar, en construcción, construidos. Es amplia y extendida. Con espacio para casi todo. Como el tiempo. Un tiempo que aquí corre sin prisas, en el que cabe todo. 





2 comentarios: