Notícias y corte de
pelo.
Ayer escribí una
aproximación a lo que podría ser una crónica de sucesos aquí, pero hoy me
llegan noticias frescas de Maputo que hablan del deterioro de la seguridad en
la ciudad. También en la prensa aparecieron noticias sobre las acciones del
sindicato de cazadores furtivos y la caza del rinoceronte para obtener su
cuerno, con las consecuencias que esto tiene sobre los furtivos por parte de
los guardias del parque sudafricano en el que estos incidentes tuvieron lugar. También se comentaban los continuos
enfrentamientos entre los chinos y la población local a causa del
aprovechamiento de la tierra.
En la sección
cultural anuncian la representación en Brasil de la obra Cenizas en las manos
por parte de una compañía de aquí. Esta obra presenta el drama de dos sepultureros
que, en un país asolado por la guerra, deben cumplir la tarea de hacer
desaparecer los cuerpos de los muertos quemándolos. Entre los muertos hay una
mujer que sobrevive y los sepultureros, para evitar ser acusados de
colaboración con el enemigo, la convertirán en su esclava.
En un tono menor,
ayer fui a cortarme el pelo y lo hice en una barraca cerca del Punto de Encuentro.
Allí el barbero, un chico de 18 años que quiere ser médico, que estudia de 7 a
12 de lunes a viernes y que abre todos los días su barbería, empezó ni corto ni
perezoso la poda sobre mi cabeza. En general, el corte de pelo entre los
hombres de aquí es de naturaleza inmisericorde. La verdad, mi cabeza puede
soportar este trato. Es una manera más de solidarizarme. Por lo demás decir que
fue hecho con una máquina de afeitar sin accesorios. Que una toalla envolvió mi
cuello. Que estábamos solos y procedió con presteza. Que respondió lo que quise
preguntar. Que tengo casi la seguridad que repetiré cuando vuelva a llegar el
día, que visto el resultado serán dos semanas más tarde de lo habitual.
Mañana, viaje a
los distritos del interior en los que estaré 4 días.
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