viernes, 16 de agosto de 2013

Porto Amelia

Pemba se llamó Porto Amelia en el período de la colonización portuguesa. Antes de venir aquí había visto un documental cuyo audio comenzaba con la frase “Del otro lado del tiempo…”.
Ayer en la noche recorrí alguna de las calles que serían entonces las más céntricas, con edificios construidos en el estilo del art decó, y a los que la escasa iluminación les confería aún un aire más ruinoso.

Hoy he vuelto a ver el documental y me doy cuenta que ya no tiene sentido compararse con la ciudad confiada y alegre que las imágenes muestran, con esta música que invita al optimismo y a la autocomplacencia.

Observando la realidad de hoy parece como si estuviera viviendo en los restos de una ciudad devastada que trata, esperando que la esperanza supere al miedo, de rehacerse. Dos guerras separan aquel pasado y el presente.

He de descubrir ahora donde están los gérmenes de lo nuevo y si aquello que fue el pasado tiene sentido que, al menos en sus formas, regrese. O, por el contrario, debe seguir el lento deterioro al que parece estar condenado. Son los habitantes de Pemba quienes tienen la palabra.


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